La Cruz de Caravaca, también conocida como Cruz de Lorena, es un crucifijo con dos barras horizontales, la superior más grande que la inferior, acompañada de la figura de dos ángeles, uno a cada lado.
La Cruz de Caravaca es un amuleto religioso utilizado como símbolo de poder y protección, alabando la providencia divina.
Símbolos de la Cruz de Caravaca
El colgante cruz de Caravaca hizo su primera aparición milagrosa en en siglo XIV en la ciudad de Caravaca, España. Hay quienes dicen que la cruz de Caravaca posee una pieza de la cruz con la cual crucificaron a Jesucristo.
Hay también otra leyenda que narra otro origen de esta milagrosa cruz. Esta leyenda cuenta que en el siglo XIII, el rey moro de la ciudad de Caravaca le ordenò a un prisionero cristiano que llevara a cabo una misa.
A este, durante la misa se le hizo imposible hablar y llevar a cabo las oraciones, cuando el rey preguntò porquè no hablaba y estel e respondiò que era por la falta de una cruz para llevar a cabo la santa misa.
En ese momento, descendieron del cielo dos ángeles llevando una cruz que tenía 4 brazos, y gracias a este gran milagro el rey moro de Caravaca se convirtió en cristiano.
Caravaca es una de las más antiguas ciudades que hay en España, la cual segùn leyendas y relatos de los ocultistas, esta fue la sede de la antigua fortaleza de la orden de los templarios.
Caravaca fue antiguamente una fortaleza militar que se creó con el propósito de impulsar a los moros y asì poder establecer nuevamente el cristianismo en España.
La Cruz de Caravaca también es conocida como la Cruz de Lorena la cual es una cruz heráldica y posee la misma estructura con cuatro brazos. La diferencia de esta cruz es que la Cruz de Caravaca está representada con dos ángeles los cuales fueron quienes la llevaron ante el rey moro.
Historia de La Cruz de Caravaca
Según la leyenda, la cruz (que originalmente pertenecía al primer patriarca de Jerusalén tras la conquista de la ciudad por los musulmanes) fue llevada milagrosamente al castillo-santuario de Caravaca por dos ángeles, que también forman parte de la imaginería que compone la cruz.
Según la tradición, la cruz apareció milagrosamente en Caravaca el 3 de mayo de 1232. En aquella época, Caravaca estaba gobernada por un rey moro que tenía en sus cárceles a muchos cristianos, entre ellos un sacerdote.
Este último hizo saber que su función era decir la misa «en la que Dios mismo se ofrece como víctima por los hombres y desciende al altar a la oración de su ministro». El rey se interesó mucho por estas palabras y le ordenó celebrar la misa en su presencia en su palacio. El sacerdote respondió que eran necesarios ciertos objetos para la celebración.
El rey envió entonces un mensajero a Cuenca con órdenes de traer de vuelta todo lo deseado. El sacerdote comenzó el servicio en presencia del rey y su corte.
Sin embargo, al acercarse al altar, se dio cuenta de que faltaba una cruz y que era imposible celebrar la misa sin una cruz en el altar. De repente, con una luz deslumbrante, apareció una cruz de doble travesaño, llevada por dos ángeles.
Once años después de la aparición de la cruz, el reino de Murcia pasó a estar bajo el vasallaje del rey castellano Fernando III el Santo (1243-1244). La cruz sirvió de bandera y talismán contra nuevos ataques andalusíes, especialmente los dirigidos por Muhammad ibn Nasr, emir de Arjona y Granada. Con ello, Caravaca se consolidaba como baluarte de la frontera hispano-islámica.
Impacto de la Cruz de Caravaca
La devoción a la Cruz de Caravaca se ha hecho notar en toda la comunidad cristiana. La localidad de Caravaca de la Cruz celebra las fiestas patronales de la Santa y Vera Cruz del 1 al 5 de mayo, reproduciendo con actos, procesiones y desfiles de moros y cristianos, el pasado medieval y religioso de la localidad.
En la mañana de los Caballos del Vino, el 2 de mayo, la leyenda de la ruptura del sitio musulmán a la fortaleza cristiana es recordada por algunos templarios. Ante la necesidad de beber bebidas, debido a que los pozos estaban contaminados por los sarracenos, los cristianos llevaron a la fortaleza un pellejo de vino atado a un caballo.
De este modo, rompieron el cerco andaluz y, ya a salvo, este vino fue bendecido por la cruz y arrojado a los pozos, purificando el agua y dejándola apta para beber.
Esta tradición se recuerda en el citado día, cuando los jinetes caravaqueños acunan un caballo y eligen a cuatro representantes para correr una carrera por la ladera de acceso al santuario de la Vera Cruz.
Descripción de la iconografía
En un lado, se representa la Inmaculada Concepción, enmarcada por seis cabezas de ángeles. También, se muestra un sacerdote de perfil; el cáliz está rematado por una doble cruz llevada por dos ángeles. En el travesaño inferior hay dos figuras: una a la derecha del sacerdote lleva un turbante, la otra a la izquierda lleva una corona.
Una tercera figura, arrodillada en oración, vestida de civil, se encuentra al pie de la cruz. Los monogramas de Cristo y de la Virgen María están grabados en la vestimenta del sacerdote.
Descripción histórica
Esta cruz de peregrino, que no tiene sello, puede fecharse en los siglos XVI o XVII. Probablemente se fabricó en un taller de orfebrería de la provincia de Murcia, en España. La iconografía representa el milagro de la aparición de la Cruz en Caravaca.
La Cruz de Caravaca es un relicario en forma de cruz con dos travesaños que contienen un fragmento de la cruz de Cristo. Según la tradición, perteneció al patriarca Roberto, primer obispo de Jerusalén, que fue conquistada por los musulmanes durante la Primera Cruzada (1099).
Las fiestas que conmemoran este prodigioso acontecimiento se celebran cada año del 1 al 5 de mayo en Caravaca. Desde este milagro, la ciudad de Caravaca se ha convertido en un importante lugar de peregrinación en Europa. Es probable que los peregrinos que acudieron allí trajeran estas cruces como recuerdo de su peregrinación. En esta iglesia se encuentran otras dos cruces del mismo origen.
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