Permítanme que, haciendo algo de memoria, trate de narrar los periplos en el tiempo y espacio de mi persona, como geómetra y amante de la joyería. Gracias a mi padre que supo enseñarme el uso de las herramientas cuando hacía sus bricolajes. Y a mi abuelo materno que tenía la conocida ferretería la Campana, donde cogí familiaridad con toda clase de materiales jugando por los almacenes. A mis hermanas Amanda y Lourdes por dejarme ver su cofre de joyitas. A los 18 años ya había descubierto el gusto de las chicas por el adorno personal y sus deseos de lucirlo. Comencé haciendo todo lo que se me demandaba y estaba a mi alcance. A los 24 en una pequeña furgoneta, cargué todos mis trastos y me instale en Ibiza montando la primera fundición artesanal de plata de la isla. Corría el año 78. El mundo de los Hippie me impresionó y conocí unos artesanos magníficos; su creatividad era incuestionable; nada que ver con la sociedad malagueña de la que había salido. Y a la que volví tras un año y medio por motivos familiares.Tras el nacimiento de mis tres hijos, abrí el pequeño taller HAGO en Avenida de Pries 7 y después de 20 años en solitario haciendo todo tipo de reparaciones y encargos, aprendí a conocer muchas técnicas antiguas de joyería.
Tuve la gracia divina de que dos de mis hijos quisieran seguir mis pasos y planteamos una sociedad en la que estamos embarcados, llegando ha realizar importantes mejoras en todos los ámbitos.
Muy agradecido que me encuentro a toda la clientela por el apoyo recibido en forma de calorhumano. Estos tiempos que corren convierten la labor de fabricar en Málaga -con un equipo de 6 jóvenes- un gran reto que asumimos para poder demostrar que aún se puede hacer cosas a pesar de la fuerte presión exterior.
La estética en general ha cambiado, y nos hemos posesionado en un estilo propio de hacer las cosas. Nuestros diseños tienen un toque étnico minimalista. La geometría siempre jugará un papel primordial en los conceptos joyeros.
Geometría bailada, geometría sagrada, número áureo, mandalas… Y complementos estéticos sin más.
Desde el afán de perdurar en otra generación y desde el cariño y el agradecimiento, le doy las gracias al ente supremo, a Dios.
José Mª Rosado Valero
Fundador
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